Hola, Otoño.

He sonreído, subiendo por la plaza del machete he sonreído. Nothomb me hablaba de un tal Rinri y el cielo, como pintado, me ha hecho recordar a una vieja amiga.
He sonreído porque al alzar la mirada tras tropezar con un escalón una hoja seca ha caído en mi libro.
Ha sido uno de esos momentos de película, los que dicen que sigue habiendo detalles, que no todo va a ser "pan de cada día".
Ahora solo puedo pensar que llega el otoño y con él la lana, las tardes de café bajo una luz dorada, el chocolate y los atardeceres a destiempo-sí, todo con tal de llevar la contraria- el color rojo bosque y el crepitar del fuego en esa chimenea que nunca tuve y el calor, ese calor especial que solo te dan los brazos de otra persona. No una cualquiera, esa persona que, gracias a dios, yo tengo.
He guardado la hoja, la uso de marcapáginas, y cuando la vea me acordaré de ti, mi chica.
Así que le digo hola al Otoño, mi Otoño, con olor a Octubre y sabor a nieve.
Buen viaje gu, te echo mucho, mucho de menos.
Comentarios
Siempre me ha gustado ese titulo.
No sé de que se queja la Guardia de la Noche, si tienen mantas, café y chocolate... Aunque ahora que lo recuerdo, algunos días yo también soy la espada contra el fuego.
Un saludo, Lord Comandante.