Dorado

dicen, que primero es la sonrisa y luego son las ganas de sonreir.
pero a mi, aquella mañana me vinieron de la mano.
aquella mañana que creí despertar junto a ti, esa mañana en la que encontre, tu olor entre mis sabanas.
esa mañana, el sol, Mi sol, aquel que amaneció solo para mi, me acaraicio a traves del cristal.
y pude levantarme una mañana más, a enfrentar el día a día.
se puede decir, que aquella vez, la cama perdió la batalla. la gano la madrugada.
Comentarios
Amén.